La Inteligencia Artificial: ¿Un Aliado o Amenaza para el Cambio Climático?

La creciente demanda energética de la IA está impulsando la aceleración del cambio climático, según expertos en sostenibilidad.

La inteligencia artificial (IA) ha revolucionado innumerables industrias, pero su huella ecológica está empezando a preocupar a los defensores del medio ambiente. Sasha Luccioni, destacada investigadora en sostenibilidad tecnológica, advierte sobre el considerable impacto ambiental de la IA generativa, que requiere hasta 30 veces más energía que un motor de búsqueda tradicional. Esta dependencia energética plantea serios desafíos en la lucha contra el cambio climático.

El Alto Costo Energético de la IA

Los modelos de IA, como ChatGPT y MidJourney, dependen de vastas cantidades de datos para funcionar. El entrenamiento de estos modelos involucra billones de parámetros que necesitan potentes servidores, lo que resulta en un enorme consumo energético. Cada consulta que un usuario hace a estas IA no solo busca información, sino que genera respuestas nuevas, lo cual demanda aún más recursos computacionales.

En 2022, la Agencia Internacional de la Energía reportó que la IA, junto con el sector de criptomonedas, consumió 460 teravatios-hora de electricidad, representando el 2% de la producción eléctrica global. Este número alarma a científicos como Luccioni, quien destaca que la adopción masiva de IA podría hacer que estos valores sigan creciendo si no se toman acciones correctivas.

Medición del Impacto: CodeCarbon y la Certificación Energética

Sasha Luccioni ha desarrollado soluciones para enfrentar este problema, como CodeCarbon, una herramienta que permite a los desarrolladores calcular la huella de carbono de sus proyectos de IA. CodeCarbon ha sido descargada más de un millón de veces y ha contribuido a crear conciencia sobre el uso responsable de recursos computacionales.

Además, Luccioni lidera la estrategia climática de Hugging Face, una startup centrada en la IA, y trabaja en una certificación que mediría el consumo energético de los algoritmos, algo comparable a los sistemas que califican la eficiencia de los electrodomésticos.

Sin embargo, la investigadora señala que las grandes tecnológicas como Google y Microsoft han visto un incremento en sus emisiones de gases de efecto invernadero debido al crecimiento exponencial de la IA. Google ha aumentado sus emisiones un 48% desde 2019, mientras que Microsoft las ha incrementado en un 29% desde 2020.

Sobriedad Energética: Un Camino Hacia la Sostenibilidad

Para mitigar estos efectos, Luccioni propone lo que ella denomina "sobriedad energética", que no implica detener el avance de la IA, sino utilizarla de manera más eficiente y responsable. También insta a los gobiernos a tomar medidas y exigir transparencia a las empresas tecnológicas, lo que facilitaría una regulación más estricta sobre el uso energético de estos sistemas.

Conclusión: El Doble Filo de la IA

Aunque la inteligencia artificial ofrece avances significativos en múltiples campos, su impacto ambiental no debe ser ignorado. Las iniciativas de pioneros como Sasha Luccioni representan un primer paso hacia la creación de una IA más sostenible, pero queda mucho trabajo por hacer. La regulación, la responsabilidad corporativa y la adopción de prácticas energéticas más sobrias serán cruciales para asegurar que el desarrollo tecnológico no agrave la crisis climática.

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