¡Alerta científica! Una sola sesión de ejercicio frena células cancerosas hasta un 30%



El hallazgo revolucionario: Mioquinas, tus soldados anticancerígenos

Un estudio pionero de la Edith Cowan University (Australia), liderado por el investigador Francesco Bettariga, acaba de revelar que una única sesión de ejercicio intenso desencadena una poderosa respuesta biológica contra el cáncer. ¿El arma secreta? Las mioquinas, proteínas liberadas por los músculos durante el esfuerzo físico. Estas moléculas lograron reducir hasta un 30% el crecimiento de células cancerosas en pruebas de laboratorio, abriendo una vía prometedora para tratamientos oncológicos.


¿Cómo funciona este "efecto escudo"?

Cuando realizas ejercicio intenso (como HIIT o levantamiento de pesas), tu tejido muscular libera un torrente de mioquinas hacia el torrente sanguíneo. Estas proteínas actúan como mensajeros bioquímicos con un doble efecto:

  • Supresión tumoral directa: Ralentizan la proliferación de células cancerosas.

  • Activación inmunitaria: "Despiertan" a las células T (defensas inmunitarias) para que ataquen y destruyan células malignas 11.
    Lo fascinante es que este efecto se observó inmediatamente después del ejercicio en mujeres sobrevivientes de cáncer de mama, independientemente del tipo de entrenamiento realizado.


HIIT vs. Fuerza: Ambos son efectivos

El estudio no privilegia un solo tipo de ejercicio. Los participantes realizaron:

  • Entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT)

  • Sesiones de fuerza
    En ambos casos, los análisis de sangre mostraron un aumento significativo de mioquinas anticancerígenas post-ejercicio. ¡Y solo requirieron una sesión!.


¿Funciona en pacientes con cáncer? ¡Sí!

Una preocupación clave era si cuerpos debilitados por tratamientos oncológicos responderían igual. La respuesta fue contundente: sobrevivientes de cáncer de mama también experimentaron este "pico protector" de mioquinas. Esto refuerza que el ejercicio debe integrarse como parte esencial del tratamiento, no solo como terapia complementaria.

"La clave es mejorar la masa muscular y reducir la grasa simultáneamente. Solo así el cuerpo crea un ambiente menos favorable para el cáncer" — Francesco Bettariga.


Músculo vs. Grasa: El equilibrio que salva vidas

El estudio profundiza en otro factor crítico: la composición corporal. Pacientes con mayor grasa visceral y menor masa muscular presentan mayor inflamación crónica, un "caldo de cultivo" para tumores. El ejercicio constante logra:

  • Reducir grasa

  • Aumentar músculo

  • Disminuir marcadores inflamatorios
    Esto crea un entorno hostil para el cáncer y reduce riesgo de recaídas.


¿Y la dieta? Complementa, pero no reemplaza

Aunque una nutrición saludable es vital, Bettariga es claro: ningún suplemento o dieta genera mioquinas. Solo la contracción muscular activa esta respuesta biológica. Por eso, dietas sin ejercicio pierden eficacia anticáncer.


El futuro: Ejercicio como "fármaco" oncológico

Este estudio, publicado en la revista científica Breast Cancer Research and Treatment, sienta un precedente 112. Sus implicaciones van más allá del cáncer de mama: investigaciones paralelas en cáncer de próstata y colon muestran efectos similares.


Conclusión: Un llamado a la acción médica

No se trata solo de "moverse un poco". Este hallazgo exige que oncólogos y sistemas de salud integren el ejercicio como terapia estándar:

  • Durante tratamientos: Mejora tolerancia a quimioterapia.

  • En supervivencia: Reduce inflamación y riesgo de recidivas.

  • En prevención: Disminuye hasta un 30% el riesgo de varios cánceres.


¿Sabías? Solo el 37% de adultos en España realiza actividad física regular, pese a que reduciría miles de casos de cáncer anuales.

#EjercicioContraElCáncer no es un hashtag: es una revolución en la medicina.

Previous article
Next article

Ads Atas Artikel

Ads Tengah Artikel 1

Ads Tengah Artikel 2

Ads Bawah Artikel