El Misterioso Visitante Verde: Lo último del cometa 3I/ATLAS desvelado desde China y EE.UU.
Observaciones simultáneas desde la Tierra y la órbita de Marte revelan los secretos de este viajero interestelar, desde su brillo esmeralda hasta su ausencia de cola.
Un viajero solitario, nacido en un sistema solar lejano, está desvelando sus secretos bajo la atenta mirada de los científicos en la Tierra y más allá. El cometa interestelar 3I/ATLAS se ha convertido en el centro de una campaña de observación internacional que está arrojando resultados fascinantes y enigmáticos.
El Esplendor Verde desde Arizona
La primera pista de su singularidad llegó desde el Observatorio Lowell en Arizona. Allí, el investigador Qicheng Zhang capturó al cometa en todo su esplendor, destacando un intenso e inconfundible brillo verdoso.
La explicación a este resplandor es pura química celeste. Cuando el calor del Sol vaporiza los hielos del cometa, libera una molécula llamada dicarbono (C₂). Al ser excitada por la radiación ultravioleta, esta molécula emite esa característica luz verde que lo hace tan peculiar.
El Enigma de la Cola Perdida
Pero lo más desconcertante no es su color, sino lo que parece faltar: su cola. A diferencia de la mayoría de los cometas, 3I/ATLAS no muestra una cola de polvo y gas claramente definida. Los científicos han descifrado este misterio con una analogía simple: no es que no tenga cola, sino que esta está orientada directamente hacia nosotros, como si miráramos directamente al frente de una linterna. Nuestra perspectiva desde la Tierra nos impide verla con claridad.
Además, se cree que su superficie podría estar especialmente endurecida tras eones de viaje por el espacio interestelar, bañada por radiación intensa. Este "escudo" natural limitaría la liberación de material, haciendo que su coma (la nube que lo envuelve) y su cola sean menos prominentes de lo esperado.
La Mirada China desde Marte
Mientras tanto, a millones de kilómetros de la Tierra, la agencia espacial china (CNSA) conseguía un hito tecnológico. Su sonda Tianwen 1, en órbita alrededor de Marte, apuntó sus instrumentos y logró fotografiar al cometa a principios de octubre, cuando este se encontraba a una asombrosa distancia de 28 millones de kilómetros y viajaba a 58 kilómetros por segundo.
Estas imágenes, una hazaña de precisión, muestran con claridad el núcleo y la extensa coma del cometa, una nube de gas y polvo de miles de kilómetros de diámetro. Lo más interesante es que esta observación no formaba parte de la misión principal de la sonda, sino que fue una prueba exitosa de técnicas de observación remota para futuras misiones, como la preparada Tianwen 2.
Conclusión: Un Rompecabezas Cósmico
Tener la oportunidad de estudiar un objeto interestelar desde dos puntos de vista tan distintos —nuestro planeta y la órbita marciana— es un lujo para la ciencia. Las observaciones en verde desde Arizona y las detalladas imágenes desde Marte cuentan una historia coherente: la de un cometa que está cambiando rápidamente a medida que se adentra en nuestro sistema solar.
La radiación y el calor solar están alterando su superficie, un proceso que, irónicamente, podría estar ocultando la composición original de su sistema estelar natal. Aun así, cada nuevo dato sobre 3I/ATLAS es una pieza invaluable para entender la naturaleza de estos mensajeros lejanos, ayudándonos a descifrar la química y la física de otros sistemas solares sin salir del nuestro. Este visitante verde está demostrando que los mayores tesoros científicos a veces llegan sin avisar desde las profundidades de la galaxia.


