La Antártida Tropical: El Ámbar que Revela un Pasado Boscoso y Cálido
Descubrimiento de resina fosilizada del Cretácico revela una selva tropical cerca del Polo Sur
Un hallazgo extraordinario
Por primera vez, científicos de Alemania y el Reino Unido han descubierto ámbar en la Antártida, revelando un capítulo asombroso de la historia del continente helado. Este ámbar, formado a partir de resina fosilizada de árboles coníferos, data de hace entre 83 y 92 millones de años. Durante el Cretácico, la región albergaba una selva tropical similar a los bosques de Nueva Zelanda o la Patagonia, a pesar de la oscuridad invernal prolongada.
El geólogo Johann Klages, del Instituto Alfred Wegener de Alemania, explicó: “Los siete continentes tuvieron condiciones que permitieron la supervivencia de estos árboles”. Este descubrimiento, publicado en la revista Antarctic Research, marca un hito en el estudio del ecosistema prehistórico de la Antártida.
La Antártida verde: un ecosistema resiliente
Los fragmentos de ámbar, hallados en una capa de lutita de tres metros de largo, miden entre 0,5 y 1 milímetro, con tonos que varían del amarillo al naranja. Estas piezas presentan fracturas típicas del flujo de resina, señal de que los árboles cicatrizaban su corteza en respuesta a incendios o daños.
En 2017, una perforación en el fondo marino de la Antártida occidental ya había revelado raíces fosilizadas, polen y esporas que indicaban la existencia de un bosque. Ahora, este ámbar refuerza la evidencia de un ecosistema activo en un entorno extremo, donde la vida floreció a pesar de los largos inviernos sin luz solar.
Un mundo cálido y dinámico
El Cretácico fue uno de los períodos más cálidos de la historia del planeta, con frecuentes incendios forestales y actividad volcánica que moldearon el paisaje. Según los científicos, la rápida cobertura por agua protegió al ámbar de la radiación UV y la oxidación, permitiendo su preservación excepcional.
Aunque hasta ahora no se ha encontrado corteza atrapada en el ámbar, el equipo continúa analizando los restos en busca de más detalles que revelen la composición del ecosistema.
Conclusión
El descubrimiento del primer ámbar en la Antártida no solo es una ventana al pasado tropical de este continente, sino también un testimonio de la increíble adaptabilidad de la vida. Este hallazgo permite reconstruir la historia de un mundo cálido y exuberante que alguna vez existió donde hoy se encuentra un desierto helado.
Publicado en: Antarctic Research (2024).